Este proyecto de viviendas colectivas, se presenta como una variante posible al dilema constante de estos tiempos: vivir en una casa con jardín, pero lejos del centro y de las fuentes de trabajo, o vivir cerca del centro, sus servicios y las fuentes de trabajo, pero en un departamento. La génesis del proyecto es recuperar la experiencia vivencial de la casa unifamiliar, con unidades dotadas de expansiones propias vinculadas al contacto con un jardín y el aire libre, pero ubicadas en el área central y de mayor densidad de Rosario, próxima a los mejores servicios y equipamiento. La búsqueda de lo individual de cada vivienda dentro del conjunto, la idea de casa propia en un contexto colectivo, manteniendo independencia y privacidad en relación con las demás. Construyendo una identidad vecinal a partir de la agrupación y el establecimiento de un lenguaje común a todas las unidades. Ni casas, ni departamentos, las viviendas ofrecen los beneficios de ambos, posibilitando la experiencia de una casa en áreas centrales, entendiendo que las ciudades deben ser densas, compactas y sustentables. Planteamos 8 casas con patios, en el interior de este lote irregular del centro de manzana, al cual se accede por un pasillo, que por su ancho y sus cualidades arquitectónicas es reconvertido en pasaje, sirviendo de ingreso peatonal y vehicular. Planteamos 8 casas con patios, en el interior de este lote irregular del centro de manzana, al cual se accede por un pasillo, que por su ancho y sus cualidades arquitectónicas es reconvertido en pasaje, sirviendo de ingreso peatonal y vehicular. Sobre esta losa se disponen cinco de las ocho casas, elevando sus jardines y locales principales por encima del garaje hasta el primer piso para conseguir mejor luz. Cada unidad funcional abarca varios niveles en vertical. En el primer nivel de cada unidad un ambiente único congrega los diferentes programas comunes en relación a un patio: estar, comedor y cocina. En el segundo nivel se disponen los espacios privados: dormitorios y baños. Por último, en el nivel superior, se propone un solado a cielo abierto. Permitiendo que todas las unidades disfruten del sol. Esta gran cubierta se interrumpe en su límite con el centro de manzana, dando lugar a un gran espacio central, de uso común, que la separa de los tres dúplex del fondo que completan el conjunto. Los mismos se disponen de igual manera que las primeras cinco casas, pero con un nivel menos. Los volúmenes construidos se disponen para ser intercalados los llenos y vacíos, siendo los patios los encargados de hacer de interfaz y mediador entre las unidades. El lado más corto es orientado hacia el espacio que reúne al vecindario en su interior, mientras que el lado más largo mira hacia el patio privado, y es materializado con grandes paños vidriados para ampliar los límites de los ambientes a través de las expansiones verdes de las terrazas.